viernes, 9 de abril de 2010

puntos suspensivos

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no me siento orgulloso de haberme escondido en el baño para no ver a mi papá. Sé que me siento abusado por él, y que irónicamente, tras haber usado la metáfora de la mujer abusada por su esposo, al que regresa una y otra vez, para provocar sonrisas, descubrí que es exactamente la manera en que funciona la relación entre yo y mi papá. Si me hubiera insultado, alzado la voz y ridiculizado delante de cualquier persona que estuviera presente, tras compararme con los hijos de sus amigos, y decirme que voy a terminar viviendo de la caridad de mis primos, mañana el actuaría arrepentido, me compraría botellas de te, y me pediría perdón. Y la verdad es que no sé si querría perdonarle, realmente no puedo aceptar que me trate así cada vez que toma. No, no puedo, y mi madre me insiste en que no haga nada, que lo olvide, que el es así, y no va a cambiar. Y ¿sabes lo que pienso? No puedo aceptar eso tampoco, o el cambia su actitud o las cosas se pueden poner feas, porque no soy solo yo el lastimado, carajo, yo no tengo problemas aceptando que tengo miedo de él y miedo de lo que yo podría hacer si me sigue empujando.

Pero mi primo se da cuenta de las cosas, se da cuenta de mi miedo y de mi reacción. Y, carajo, yo intento no ser un mal ejemplo para él, y no quiero que sienta desconfianza de su tio, porque lo quiere.Y no puedo permitir que crea que huir es la mejor opcion ante un problema, o que aprenda a dejar que abusen de él. No, no puedo permitirlo. Si no fuera mi padre...

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