jueves, 9 de enero de 2014

B

Hoy se cumplen catorce años del día en que conoció a su primer gran amor. No se lo dirá a nadie, si acaso, al filo de la medianoche, se lo mencionará a sí mismo ante el espejo y luego se reirá; a nadie le importa, ya nadie la conoce. Él ha creido toda su vida en el poder de las casualidades, le gusta decir que las casualidades y los deja vu son la forma en que la vida nos indica que vamos por buen camino; pero no hubo nada casual en su encuentro.

Yo llegué al salón, y me dije: -Hey, este año sí vamos a conseguir novia, y el primer paso es encontrar a la mujer adecuada-. Yo estaba de pie y fuí de los últimos estudiantes en ingresar, así que miré alrededor, y dos mujeres me llamaron la atención. Las elegí muy bien, modestia aparte, una se convirtió en mi mejor amiga durante los siguientes años y la otra fue... bueno... tú sabes, la primera mujer que quise de verdad.

Se quisieron de una manera tierna e inocente pero intensa. Ella le dijo muchos años despues que se moria por que la besara, casi con la misma intensidad con que él había deseado hacerlo. Se tomaban de las manos y hablaban por horas, se abrazaban dulcemente, se escribían cartas interminables que intercambiaban en cada encuentro, ella era quien mejor lo comprendía y él quien más la conocía, se amaban pero jamás se besaron. Cuando se fue, por primera vez, la lloró. Se encerró en su cuarto durante dos días para languidecer. Luego, comió, bebió, se bañó, vió televisión y salió a pasear su perro. Continuó su vida, pero aún hoy los ojos le brillan si le preguntan por ella.
 
-Es dificil dejar de querer, yo he sido incapaz. Digo, ya no la amo, pero en un rincon de mi corazón sobrevive una especie de cariño por ella que encuentro inevitable.(...) He vuelto a querer, ¿sabes? he conocido mujeres a la que he querido con la intensidad con que la quise a ella; he vuelto a conocer personas con las que puedo ser dulce y tierno, tal como lo fuí con ella, e incluso más y en formas que con ella me hubiera sido imposible; he realizado viajes que planee con ella, pienso a veces en todas las cosas que podríamos haber compartido, vivido como pareja y que nunca hicimos, y quizás por eso la quiero, no por lo que fuimos sino por todo lo que nunca pudimos ser.  Jamás he creido eso de que el primer amor es el mejor, no ha sido cierto en mi caso; si acaso ha sido el más pobre, el más necesitado, el peor vestido, el más hambreado. Y creo que por eso lo atesoramos tanto, porque queremos a los pobres, nos parecen nobles, honestos, recursivos, son heroes que queremos ver triunfar.

martes, 7 de enero de 2014

A

Él había pasado toda su vida buscando una historia de amor que valiera la pena contarle a sus nietos y la encontró a ella, que pasó frente a sus ojos con la mirada hacia el frente y un poco arriba, como inspirada, con sus labios delgados y su boca recta, con una falda larga que ocultaba la manera en que caminaba (que podría o no, ser gracil y femenina) dando zancadas largas. Le pareció hermosa en ese momento, tenía el cabello largo y de un liso desordenado.

- No le dije nada porque no hubiera sabido como abordarla, cómo decirle: hey, cómo te llamas, ¿puedo tomarte una foto?, ¿tienes tiempo para que tengas una hija mia?, si nos casaramos ¿en qué barrio te gustaría vivir? Cómo convencerla, me entiendes, el problema no es saludarla, es conseguir que me permita conocerla. Ella me gustó, así de sencillo, pero es de esas cosas que uno piensa: es mejor ignorarlo. Es como cuando uno va en un bus y ve a esa mujer de ojos tristes con que uno soño la noche anterior y se pone de pie como por impulso pero luego se queda allí de pie y mira atrás sabiendo que no vas a bajarte, y que dejaste un trozo de tu alma allí, y que al dia siguiente, a los dos días, a la semana ya no te hará falta ese trozo. Así que la vi, la amé y la dejé irse. Es como lo que dicen: si amas algo, dejalo en libertad, si vuelve es tuyo...-