Sucede que a veces empiezo a sentirme dichoso a las tres de la tarde porque presiento que a las cuatro vas a venir.
Y cuando no vienes (nunca vienes) sigo dichoso porque presiento que a las seis de la tarde tendré la cantidad justa de hambre para comer algo rico con gusto,
Y despues de cenar algo bastante regular, sigo dichoso porque a las 8 de la noche empezaré un nuevo libro del que he oido muchos buenos comentarios y cuyo tema me apasiona.
Y despues de abandonar el libro en la página 19, porque es un bodrio insufrible que sólo leerían los enemigos del autor con el fin expreso de desacreditarlo, sigo dichoso porque pronto dormiré deliciosamente,
Y despues de permanecer insomne por horas, sigo dichoso porque mañana será un nuevo día, y me gustan los nuevos días: son como un par de medias nuevas.
Y cuando llega el nuevo día y es algo así como un par de medias que ha usado toda china antes que yo, sigo dichoso porque... porque... no sé... sigo dichoso porque aparentemente soy medio masoquista y me pongo dichoso cuando las cosas salen mal, o tengo un serio problema de autoestima que me hace sentir que no me merezco nada mejor.
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