Hoy se cumplen catorce años del día en que conoció a su primer gran amor. No se lo dirá a nadie, si acaso, al filo de la medianoche, se lo mencionará a sí mismo ante el espejo y luego se reirá; a nadie le importa, ya nadie la conoce. Él ha creido toda su vida en el poder de las casualidades, le gusta decir que las casualidades y los deja vu son la forma en que la vida nos indica que vamos por buen camino; pero no hubo nada casual en su encuentro.
Yo llegué al salón, y me dije: -Hey, este año sí vamos a conseguir novia, y el primer paso es encontrar a la mujer adecuada-. Yo estaba de pie y fuí de los últimos estudiantes en ingresar, así que miré alrededor, y dos mujeres me llamaron la atención. Las elegí muy bien, modestia aparte, una se convirtió en mi mejor amiga durante los siguientes años y la otra fue... bueno... tú sabes, la primera mujer que quise de verdad.
Se quisieron de una manera tierna e inocente pero intensa. Ella le dijo muchos años despues que se moria por que la besara, casi con la misma intensidad con que él había deseado hacerlo. Se tomaban de las manos y hablaban por horas, se abrazaban dulcemente, se escribían cartas interminables que intercambiaban en cada encuentro, ella era quien mejor lo comprendía y él quien más la conocía, se amaban pero jamás se besaron. Cuando se fue, por primera vez, la lloró. Se encerró en su cuarto durante dos días para languidecer. Luego, comió, bebió, se bañó, vió televisión y salió a pasear su perro. Continuó su vida, pero aún hoy los ojos le brillan si le preguntan por ella.
-Es dificil dejar de querer, yo he sido incapaz. Digo, ya no la amo, pero en un rincon de mi corazón sobrevive una especie de cariño por ella que encuentro inevitable.(...) He vuelto a querer, ¿sabes? he conocido mujeres a la que he querido con la intensidad con que la quise a ella; he vuelto a conocer personas con las que puedo ser dulce y tierno, tal como lo fuí con ella, e incluso más y en formas que con ella me hubiera sido imposible; he realizado viajes que planee con ella, pienso a veces en todas las cosas que podríamos haber compartido, vivido como pareja y que nunca hicimos, y quizás por eso la quiero, no por lo que fuimos sino por todo lo que nunca pudimos ser. Jamás he creido eso de que el primer amor es el mejor, no ha sido cierto en mi caso; si acaso ha sido el más pobre, el más necesitado, el peor vestido, el más hambreado. Y creo que por eso lo atesoramos tanto, porque queremos a los pobres, nos parecen nobles, honestos, recursivos, son heroes que queremos ver triunfar.
1 comentario:
Jajajajaja, me acuerdo de ella. ¿Ya son 14 años? Carajo, como has envejecido.
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