miércoles, 16 de noviembre de 2011

Algo que quiero que lean en mi funeral.

No es fácil saber que decir porque estoy muerto. Sólo quería asegurarles que probablemente me morí de una manera tonta, y me dio risa. Así que no se sientan mal por mi fallecimiento.

Sobre mis planes actuales: no planeo volver, a menos que sea obligatorio; si existe un cielo, espero que el arriendo no sea muy alto y pueda conectarme a internet o algo así, y si tengo que irme al infierno, bueno, siempre quise visitar india, y ambos son calientes, superpoblados y las mujeres estan buenas. Entonces, mi futuro no puede ser tan malo.

A mis amigos y amigas quiero decirles que probablemente voy a hacerles falta, a mis padres, sé que no fui un muy buen hijo, pero estoy seguro que Hitler fue un buen hijo y miren todos los problemas que causó.

A mi pareja, carajo, oye que mal que me haya muerto ahora que estás en mi vida, estoy seguro de que me brillaban los ojos cada vez que hablaba de ti, que hablaba contigo hasta cuando hablaba solo, y que espero que esto de que me haya muerto no te impida encontrar a alguien chevere con el que compartir el resto de tu vida. Una cosa, no dejes que te entierren conmigo, porque luego tu nueva pareja va a querer que lo entierren contigo, y los tres terminaríamos muy juntos y apretados en un espacio pequeño,y dado que ambos nos hemos acostado contigo, podría haber silencios o miradas incomodas; digo, es posible, si no ocurrió entre tu y yo, bueno, igual podría ser raro.

Ahora, si no tengo pareja, espero que el anterior parrafo sea leido de todas formas, por si alguna de mis admiradoras decide que quiere que la entierren conmigo.
A mi gato. Miau! miiii! lamido de pata derecha.

Y bueno, este... no sé, pues espero que la pasen bueno, y cuando me visiten no me lleven flores, mas bien llevenme coca-cola, o te helado, pero asegurense de que ambas cosas esten heladas cuando las derramen sobre mi tumba. Así saben mejor.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Poema

Al final del viaje en autobús
solo descenderás
como solo ascendiste
descubrirás, entonces,
que cada frase que atrapaste
y pretendiste tuya
pertenecía en realidad a otro.
Aprenderas, al mirar el bus partir
que tu espacio ya fue ocupado
que eras reemplazable.
Sabrás que el viaje fue un juego,
nada importaba
ningun lazo, ninguna promesa
que nada se rompe ni acaba
porque nada es real.
Te encontrarás entonces en tu destino,
un lugar desconocido,
y hallarás a tu lado a tu compañera,
tu unica compañera,
tu soledad.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Una mujer que me encanta

Me encanta leer a una mujer que vive y reflexiona su femineidad como una afirmación. A una mujer que se niega a sentirse, pensarse o ser vista como una creatura excluida de la masculinidad, a una mujer que no se siente como si le faltara un órgano, o cómo si ser mujer fuera una situación paralela a ser una persona ciega, coja, manca o sorda. Me encanta leer a esa mujer, pero cada vez que la leo, que me miro al espejo de su femineidad, me siento huérfano, perdido, íngrimo en el mundo como un pez al que sacan del agua a la fuerza, cómo un hombre que no se reconoce en el espejo, como una sombra sin cuerpo, solo…