Entre las regiones misteriosas del pasado de la humanidad, aquellas cuya existencia apenas es insinuada por los historiadores de las culturas del mediterráneo las más conocidas son Atlantis, la tierra de los hombres rojos, y Mu, la ciudad laberíntica por cuyas calles, hombres altos y amarillos discurrían preguntándose por el futuro del planeta. Pero dice Herodoto en su libro Hechos Libicos que hay algunas más, las cuales serían tratadas en Estados Protohelenos. Ese texto jamás llegó a nuestros tiempos, quizás Herodoto nunca terminó de escribirlo, o quizás se quemó en Alejandría con los otros pergaminos perdidos de la historia. En varias cartas escritas a Santo Tomas de Aquino son mencionados rumores de el contenido de Estados Protohelenos; sin embargo la existencia y localización del libro en cuestión, es imposible de comprobar. Cada uno de los documentos tiene una serie de caracteristicas en comun, entre las cuales está la mención de tres estados: Celroc la tierra de los jinetes de las tierras blancas del norte, quienes cabalgaban toda su vida; Orneg, la ciudad de las primeras cosas, y Aeot la tierra de la lengua mágica.
La localización de Aeot es desconocida, los expertos en el tema suponen que era una ciudad móvil, que cada cierto tiempo, que podría corresponder con la muerte de su, hasta entonces, soberano, partían a buscar una nueva tierra que correspondiera mejor al carácter del futuro rey. Este sólo sería coronado una vez que la ciudad fuera de nuevo fundada. Tambien resulta difícil la investigación de los posibles emplazamientos, por el hecho de que cada vez que era refundada, la ciudad debía cambiar de nombre, pues un nuevo rey merecía una nueva ciudad. Aeot era el nombre que suponen los expertos, entre ellos el sire Ingles Martin Asberg, se daban a sí mismos en condicion errante, y traducido al español, su nombre sería: los que serán.
Es curioso la denominación de Aeot como la tierra de la lengua mágica, a menos que se tenga en cuenta que según lo que se puede inferir de las pocas leyendas que sobreviven en que son mencionados, los Aeot hacían todo con palabras. Se alimentaban de palabras dulces a veces se les quedaban pegadas en la punta de la lengua, algunos preferían el sabor de las palabras amargas, o las palabras simples. Al cazar atraían animales a sí con palabras y con una silaba repetida las veces necesarias causaban la muerte a su presa. También hacían la guerra con palabras, palabras que mataban o que herían, y sus palabras de amor inseminaban a las mujeres de su propia tribu. Construian sus casas con palabras, describir la puerta era hacerla materia, dibujar las paredes o la cama las hacian realidad, su realidad era las palabras, y tras hacer uso de ellas las consumian para no desperdiciarlas. Aeot, era una ciudad fantasma, difícil de encontrar incluso para el inmenso ejercito de los persas quienes le declararon la guerra por razones que los historiadores desconocemos.
Esa guerra, suponemos, fue el fin de los Aeot. Que habrán sido derrotados, quizás, por un pequeño destacamento de hombre sordos. Se puede imaginar al emperador persa ordenando que fueran separados de sus lenguas, ya que si era conocedor de su poder, y sería raro que no fuera así, querría hacer que su brujo las estudiara. No se ha encontrado ninguna prueba que asegure que los Aeot supieran usar alguna herramienta que no fuera su lengua. Así que su cultura de desvaneció rápidamente tras la guerra. Suponemos los historiadores que tal vez algunos pudieron haber sido tomados como esclavos por comerciantes egipcios, y que tal vez, los Aeot sean parte fundamental del origen del pueblo semita como lo conocemos hoy, lo que explicaría el hecho de que en su tradición religiosa la creación se realice a través de la palabra. Entonces dijo Dios: "Sea la luz", y fue la luz.
Eligiendo a cual puerto enfilaré mi navio, consciente de que el mar es una amante caprichosa, eligiendo a mis compañeros de viaje, guardando mis tesoros en mi equipaje, sin prisa pero sin tardanza. Mi brujula y mis armas estan listas, que vengan los ciclopes y los ciclones, el viaje empieza ahora, y terminará cuando lo haga el camino.
domingo, 28 de febrero de 2010
martes, 23 de febrero de 2010
Aventurarse
Mi prima está leyendo la odisea, no sabía que todavía se seguía leyendo, y yo, siendo el lector loco de la familia, además del experto en mitología griega y romana, he sido el encargado de guiarla por el extraño y revelador viaje de Ulises. Y he pensado en la idea de aventurarse en territorios desconocidos sin más seguridad que la sensación de estar preparado para cualquier cosa, y una gran habilidad para improvisar. Ulises lo hace, llega a las islas, manda sus amigos, y si ellos se meten en problemas el va a rescatarlos sin dudar, ¿qué puede hacer él que no puedan hacer ellos? ¿qué le hace creer que allí donde otros han fracasado, desistido o retrocedido el va a persistir hasta triunfar? No tengo ni idea, probablemente él tampoco, pero siempre lo hace, siempre triunfa, persiste, encuentra aquel punto débil que otros no vieron, o tiene suficiente suerte y habilidad para administrarla, como para sobrevivir. Y pensé que siendo el mi modelo, aquel a quien quiero imitar, yo también debía arriesgarme a hacer algo que jamás hubiera hecho antes.
Me gusta cocinar, y en el ultimo año he aprendido a cocinar una gran cantidad de cosas, pero siempre han sido cosas sencillas, mezclar cosas, revolver, meter al horno; picar verduras, sazonar, sofreir, agregar la carne, agregar los otros ingredientes, comer. Cosas que no requieren mucha habilidad para hacer, postres cuya mayor dificultad es tomar correctamente las medidas. Pero desde hace un par de meses quería hacer un pollo relleno, o un pavo, el asunto es que hacer un pavo o un pollo relleno requiere deshuesar al animal antes de rellenarlo, y yo jamás había deshuesado nada. Finalmente el sabado decidí hacerlo, cuando me desperté saqué el pollo de la nevera y lo dejé descongelandose mientras yo leía, cuando la hora cero, la de preparar el pollo se acercaba sentí miedo.
Hacer correctamente la receta podía llevar unas 3 o 4 horas, que es mucho tiempo, y pensé que si lo hacía mal serían 4 horas desperdiciadas, además de un pollo que nadie comería, en cambio podía dejarlo otra vez en la nevera y la señora el domingo lo asaría o haría una sopa con él. Sería un pollo aprovechado. Pensé luego que nunca había deshuesado un pollo y que podría esperar a que otra persona se encargara, mi madre por ejemplo. Y yo haría el relleno, lo facil. Finalmente reuni mi valor, me acerque al pollo, e introduje mi mano en su interior para sacar algo de hielo sanguinolento que se había quedado atrapado en sus entrañas. No fue una vista bonita, pero ese contacto con el pollo me hizo sentir que valía la pena hacer el intento.
Cuando era niño, en vispera de año nuevo, mi familia preparaba un pavo relleno con carne molida, uvas pasas, verduras y otra cosa más, nunca me gustó ese relleno. Dice mi madre que no fue cosa de tradicion familiar, sino algo que se hizo un par de años para parecer tradicionales, pero que ni ella, ni mi abuela, ni mis tias jamás fueron capaces de deshuesar el pavo limpiamente, usaban bisturies prestados, varios cuchillos, hacian incisiones, perjuraban de la madre del pavo, y finalmente cuando el pavo parecia una victima de un perro rabioso, lo cosian, rellenaban y horneaban. Nadie en mi casa jamás había podido deshuesar un pollo correctamente, y ¿yo esperaba que conmigo el resultado fuera distinto? carajo
Valientemente busque las articulaciones como explicaba de manera concisa un libro que debía hacerlo : alce la piel del cuello hacia la articulacion de las alas y corte el tendón; luego disloque las piernas, saque el hueso de la suerte por el cuello y luego el resto de la osamenta lentamente mientras la raspa con un cuchillo. La primera ala tomo su tiempo, la segunda fue más rápida. Los muslos se dislocaron sin problema y empecé a sentirme orgulloso de mi mismo. El problema no fue sacar el hueso de la suerte fue el resto de la osamenta. Cuando uno se va a comer un pollo uno siente que tienen muy pocos huesos y se maravilla de que puedan mantenerse vivos de esa manera; pero es todo un engaño, los pollos tienen todos los huesos necesarios para mantenerse y un montón más. Además eso de raspar la osamenta con un cuchillo suena mucho mucho más simple de lo que es. Y en ese momento mientras las costillas y las vértebras del pollo salían por uno de sus agujeros, de una manera que sólo puede ser descrita como una especie de parto, sentí que todo iba a ser un desastre, que el pollo había perdido su forma, que al final no iba a valer la pena, que quería que alguien me salvara de seguir haciendole eso al cadáver del pollo. Pero nadie me salvó, terminé mi trabajo a pesar de sentirme un poco desesperado, arregle el pollo, y lo miré bien por primera vez en todo el proceso, y me sentí orgulloso de haber terminado.
Al final el pollo quedo delicioso, y siento que fue una buena experiencia. Ahora estoy deseoso de deshuesar más pollos, de aprender a preparar salchichas, chorizos y carnes curadas, de hacer cosas más difíciles, de seguir haciendo cosas que me asusten. Porque sé que puedo, no sé que tengo a mi favor que otros no, pero sé que el miedo no es una razón para dejar de aprender a hacer y a ser.
Me gusta cocinar, y en el ultimo año he aprendido a cocinar una gran cantidad de cosas, pero siempre han sido cosas sencillas, mezclar cosas, revolver, meter al horno; picar verduras, sazonar, sofreir, agregar la carne, agregar los otros ingredientes, comer. Cosas que no requieren mucha habilidad para hacer, postres cuya mayor dificultad es tomar correctamente las medidas. Pero desde hace un par de meses quería hacer un pollo relleno, o un pavo, el asunto es que hacer un pavo o un pollo relleno requiere deshuesar al animal antes de rellenarlo, y yo jamás había deshuesado nada. Finalmente el sabado decidí hacerlo, cuando me desperté saqué el pollo de la nevera y lo dejé descongelandose mientras yo leía, cuando la hora cero, la de preparar el pollo se acercaba sentí miedo.
Hacer correctamente la receta podía llevar unas 3 o 4 horas, que es mucho tiempo, y pensé que si lo hacía mal serían 4 horas desperdiciadas, además de un pollo que nadie comería, en cambio podía dejarlo otra vez en la nevera y la señora el domingo lo asaría o haría una sopa con él. Sería un pollo aprovechado. Pensé luego que nunca había deshuesado un pollo y que podría esperar a que otra persona se encargara, mi madre por ejemplo. Y yo haría el relleno, lo facil. Finalmente reuni mi valor, me acerque al pollo, e introduje mi mano en su interior para sacar algo de hielo sanguinolento que se había quedado atrapado en sus entrañas. No fue una vista bonita, pero ese contacto con el pollo me hizo sentir que valía la pena hacer el intento.
Cuando era niño, en vispera de año nuevo, mi familia preparaba un pavo relleno con carne molida, uvas pasas, verduras y otra cosa más, nunca me gustó ese relleno. Dice mi madre que no fue cosa de tradicion familiar, sino algo que se hizo un par de años para parecer tradicionales, pero que ni ella, ni mi abuela, ni mis tias jamás fueron capaces de deshuesar el pavo limpiamente, usaban bisturies prestados, varios cuchillos, hacian incisiones, perjuraban de la madre del pavo, y finalmente cuando el pavo parecia una victima de un perro rabioso, lo cosian, rellenaban y horneaban. Nadie en mi casa jamás había podido deshuesar un pollo correctamente, y ¿yo esperaba que conmigo el resultado fuera distinto? carajo
Valientemente busque las articulaciones como explicaba de manera concisa un libro que debía hacerlo : alce la piel del cuello hacia la articulacion de las alas y corte el tendón; luego disloque las piernas, saque el hueso de la suerte por el cuello y luego el resto de la osamenta lentamente mientras la raspa con un cuchillo. La primera ala tomo su tiempo, la segunda fue más rápida. Los muslos se dislocaron sin problema y empecé a sentirme orgulloso de mi mismo. El problema no fue sacar el hueso de la suerte fue el resto de la osamenta. Cuando uno se va a comer un pollo uno siente que tienen muy pocos huesos y se maravilla de que puedan mantenerse vivos de esa manera; pero es todo un engaño, los pollos tienen todos los huesos necesarios para mantenerse y un montón más. Además eso de raspar la osamenta con un cuchillo suena mucho mucho más simple de lo que es. Y en ese momento mientras las costillas y las vértebras del pollo salían por uno de sus agujeros, de una manera que sólo puede ser descrita como una especie de parto, sentí que todo iba a ser un desastre, que el pollo había perdido su forma, que al final no iba a valer la pena, que quería que alguien me salvara de seguir haciendole eso al cadáver del pollo. Pero nadie me salvó, terminé mi trabajo a pesar de sentirme un poco desesperado, arregle el pollo, y lo miré bien por primera vez en todo el proceso, y me sentí orgulloso de haber terminado.
Al final el pollo quedo delicioso, y siento que fue una buena experiencia. Ahora estoy deseoso de deshuesar más pollos, de aprender a preparar salchichas, chorizos y carnes curadas, de hacer cosas más difíciles, de seguir haciendo cosas que me asusten. Porque sé que puedo, no sé que tengo a mi favor que otros no, pero sé que el miedo no es una razón para dejar de aprender a hacer y a ser.
miércoles, 10 de febrero de 2010
Guerras y Devastacion
Hace algunos años, le quede debiendo a mis lectores una defensa sincera, justa y lógica de el carnivorismo. Siempre he tenido muy claro que matar un animal para alimentarme de él o ella, no era un obstaculo para mi; sin embargo hice varios intentos de abandonar la carne, y todos los otros productos de origen animal. A mis lectores entonces les preocupaba el futuro de mi alma ( porque es sabido que todos los asesinos de vacas y sus complices vamos a ir al infierno)y por eso me decian: tienes en medio de tu alma la bondad y decencia propia de seres superiores, entonces por qué te sigues revolcando en el lodo de los carroñeros; has deseado ser vegetariano, nosotros te acogeremos en nuestras filas y ayudaremos a salvar tu alma si renuncias de una vez a la carne y sus productos.
Pense entonces en que quería defender mi punto de vista, explicar como en realidad es positivo que nos comamos los unos a los otros, y los otros a las hierbas. Y ayer, tras años de darle vuelta a la idea en mi cabeza tuve una revelacion. Como carne, porque de otra manera estaria poniendo a la economia de mi region; no, aún más, a la economia de mi país; incluso más, al estilo de vida occidental, e incluso me atrevería a decir que está en juego el futuro del mundo entero, si yo, ustedes, nosotros en conjunto, no nos sacrificamos por el bienestar mayor y comemos carne, pollo, cerdo y cualquier otro animal comestible que se atraviese en nuestro camino.
No voy a explicar mi punto en detalle, pero en resumen es el siguiente: sabemos que los humanos destruimos, y nos lucramos de esa destrucción. Los ejemplos sobran para explicar lo anterior, las guerras son increiblemente beneficiosas para la economía, la tala de los arboles en el amazonas es una fuente primordial de madera, que es uno de los recursos primarios más importantes, minar oro ha resultado perjudicial para el ecosistema en el chocó. Así pues he pensado que quizas la idea no es deshacerse por completo de la destruccion que causamos, sino simplificarla y hacerla sostenible. No sostenible en terminos economicos, aunque sospecho que la simplificacion redundaría en menos gastos y mayores ingresos finales, sino en mantener la existencia de esas cosas que explotamos.
Quiero decir que aparentemente nos gusta la guerra, y gastamos miles de billones de dolares anualmente en mejorar las armas que se tienen, en entrenar soldados, en prepararnos para una guerra que podría o no llegar. Y pienso, que tal si de hecho llegara todos los años entre mayo y septiembre, si se convirtieran en una especie de deporte mortal, transmitido por televisión, con colocaciones de producto, campeones que defienden su titulo. Partidos amistosos, etcetera. Pienso que tal vez las barras bravas lo han entendido, la guerra puede ser un juego, y aún asi, puede ser beneficioso.
No debemos dejar de comer vacas por que la unica razón por la existen es porque hay gente comiendolas. Si las dejaramos de comer, habría que controlar su poblacion por otros medios, como matandolas mientras duermen, y dejando que la mayor parte de su carne se pudra, porque no habría mercado para toda esa carne. Además los costos de mantener su poblacion baja con esterilizaciones sería prohibitivo, sin contar con el hecho de que su alimentación resultaría costosa, y el mercado de productos lacteos practimente dejaría de existir destruyendo así una de los negocios claves en el mundo. Igual cosa podría decirse de los otros animales comestibles.
Dejarlos en estado salvaje sería peor que matarlos de forma indiscriminada. Las vacas modernas carecen de la habilidad de sobrevivir a menos que sean cuidadas, y las consecuencias de la sobrepoblacion bovina llevarían a una mayor contaminacion de los rios, del aire, una completa destruccion de la capa de ozono, y un encrudecimiento definitivo del efecto invernadero. La unica manera en que podríamos eliminar de manera responsable a las vacas, es comiendolas hasta que sólo quede un carnivoro y una vaca. Y finalmente ambos desaparezcan de la faz de la tierra. Igual con todo, no creen que sería posible.
Pense entonces en que quería defender mi punto de vista, explicar como en realidad es positivo que nos comamos los unos a los otros, y los otros a las hierbas. Y ayer, tras años de darle vuelta a la idea en mi cabeza tuve una revelacion. Como carne, porque de otra manera estaria poniendo a la economia de mi region; no, aún más, a la economia de mi país; incluso más, al estilo de vida occidental, e incluso me atrevería a decir que está en juego el futuro del mundo entero, si yo, ustedes, nosotros en conjunto, no nos sacrificamos por el bienestar mayor y comemos carne, pollo, cerdo y cualquier otro animal comestible que se atraviese en nuestro camino.
No voy a explicar mi punto en detalle, pero en resumen es el siguiente: sabemos que los humanos destruimos, y nos lucramos de esa destrucción. Los ejemplos sobran para explicar lo anterior, las guerras son increiblemente beneficiosas para la economía, la tala de los arboles en el amazonas es una fuente primordial de madera, que es uno de los recursos primarios más importantes, minar oro ha resultado perjudicial para el ecosistema en el chocó. Así pues he pensado que quizas la idea no es deshacerse por completo de la destruccion que causamos, sino simplificarla y hacerla sostenible. No sostenible en terminos economicos, aunque sospecho que la simplificacion redundaría en menos gastos y mayores ingresos finales, sino en mantener la existencia de esas cosas que explotamos.
Quiero decir que aparentemente nos gusta la guerra, y gastamos miles de billones de dolares anualmente en mejorar las armas que se tienen, en entrenar soldados, en prepararnos para una guerra que podría o no llegar. Y pienso, que tal si de hecho llegara todos los años entre mayo y septiembre, si se convirtieran en una especie de deporte mortal, transmitido por televisión, con colocaciones de producto, campeones que defienden su titulo. Partidos amistosos, etcetera. Pienso que tal vez las barras bravas lo han entendido, la guerra puede ser un juego, y aún asi, puede ser beneficioso.
No debemos dejar de comer vacas por que la unica razón por la existen es porque hay gente comiendolas. Si las dejaramos de comer, habría que controlar su poblacion por otros medios, como matandolas mientras duermen, y dejando que la mayor parte de su carne se pudra, porque no habría mercado para toda esa carne. Además los costos de mantener su poblacion baja con esterilizaciones sería prohibitivo, sin contar con el hecho de que su alimentación resultaría costosa, y el mercado de productos lacteos practimente dejaría de existir destruyendo así una de los negocios claves en el mundo. Igual cosa podría decirse de los otros animales comestibles.
Dejarlos en estado salvaje sería peor que matarlos de forma indiscriminada. Las vacas modernas carecen de la habilidad de sobrevivir a menos que sean cuidadas, y las consecuencias de la sobrepoblacion bovina llevarían a una mayor contaminacion de los rios, del aire, una completa destruccion de la capa de ozono, y un encrudecimiento definitivo del efecto invernadero. La unica manera en que podríamos eliminar de manera responsable a las vacas, es comiendolas hasta que sólo quede un carnivoro y una vaca. Y finalmente ambos desaparezcan de la faz de la tierra. Igual con todo, no creen que sería posible.
viernes, 5 de febrero de 2010
Iniciando la travesía
Realmente hoy no fue muy divertido, me acordé a menudo de las clases que tenía con Pablo Arrieta y lo divertido que era tratar con él. Claro, esta es una de las desventajas de haber sido expulsado de la universidad y de, seamos sinceros, no haber tenido la habilidad de pensar en las consecuencias de mis actos.
En las investigaciones que llevaron a la exposicion recordé la existencia de muchas cosas que a pesar de que en algun momento las utilicé, ya no lo hago. Sigo firme en mi creencia de que google es el dueño actual del mundo, pero microsoft tiene aplicaciones interesantes en internet. Y como siempre he sido un poco rebelde, cosa extraña esta de ser definido por las carencias más que por las posesiones, he decidido dejar de usar cualquier aplicacion de google, durante un par de meses, como hasta el final del semestre, con la excepcion del blog porque es para una clase y el mail porque alli me llegan algunas notificaciones importantes. La idea de este plan maquivelico es sencillamente aprender a vivir en un mundo donde google ya no sea el centro del universo, he sacado al televisor de mi mundo, he aprendido a trabajar sin los grandes programas y lejos de los grandes nombres y marcas del mundo digital, he dejado de creer en encuestas y estudios para centrarme en lo que sé que es verdad o cuya veracidad sospecho.
Cada vez me siento más identificado con un ornitorrrinco, quisiera quedarme afuera del proceso evolutivo, y ser sorprendente para las generaciones que me sigan, pero por otro lado creo que es cobarde no evolucionar. ¿Cómo sería un ornitorrinco evolucionado?, ¿sería inteligente?, ¿sería igual de venenoso que algunos de los intelectuales actuales? ¿estaría en guerra con nosotros, o aprenderiamos a cocinarlos? No puedo sospechar que hubiera sido del ornitorrinco de haber seguido existiendo en algun continente grande, pero sé que no voy a alejarme del cambio, quiero verlo, quiero vivirlo, y quiero ser transformado por él, pero no quiero dejar de ser un ornitorrinco, un ser hibrido, intercultural, transversal al mundo.
En las investigaciones que llevaron a la exposicion recordé la existencia de muchas cosas que a pesar de que en algun momento las utilicé, ya no lo hago. Sigo firme en mi creencia de que google es el dueño actual del mundo, pero microsoft tiene aplicaciones interesantes en internet. Y como siempre he sido un poco rebelde, cosa extraña esta de ser definido por las carencias más que por las posesiones, he decidido dejar de usar cualquier aplicacion de google, durante un par de meses, como hasta el final del semestre, con la excepcion del blog porque es para una clase y el mail porque alli me llegan algunas notificaciones importantes. La idea de este plan maquivelico es sencillamente aprender a vivir en un mundo donde google ya no sea el centro del universo, he sacado al televisor de mi mundo, he aprendido a trabajar sin los grandes programas y lejos de los grandes nombres y marcas del mundo digital, he dejado de creer en encuestas y estudios para centrarme en lo que sé que es verdad o cuya veracidad sospecho.
Cada vez me siento más identificado con un ornitorrrinco, quisiera quedarme afuera del proceso evolutivo, y ser sorprendente para las generaciones que me sigan, pero por otro lado creo que es cobarde no evolucionar. ¿Cómo sería un ornitorrinco evolucionado?, ¿sería inteligente?, ¿sería igual de venenoso que algunos de los intelectuales actuales? ¿estaría en guerra con nosotros, o aprenderiamos a cocinarlos? No puedo sospechar que hubiera sido del ornitorrinco de haber seguido existiendo en algun continente grande, pero sé que no voy a alejarme del cambio, quiero verlo, quiero vivirlo, y quiero ser transformado por él, pero no quiero dejar de ser un ornitorrinco, un ser hibrido, intercultural, transversal al mundo.
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